domingo, 13 de enero de 2013

Guerra Fría, Uranio, Mali y Francia

Para las clases oprimidas la guerra fría nunca terminó. La guerra fría es una categoría sistémica, impuesta por la historiografía del capitalismo internacional. Si bien es cierto que la guerra fría se caracterizó por la permanente tensión entre el bloque “soviético”(capitalismo de Estado) y el capitalismo liberal (encabezado por EEUU) en lo sustancial poco y nada ha cambiado, los hechos concretos que caracterizaron a la "guerra fría" siguen sucediendo hoy, hace pocos días tres activistas del pueblo kurdo* fueron asesinadas en París. Es un secreto a voces que dicho asesinato fue con la participación de los servicios secretos turcos que tienen vía libre para actuar en la Europa "democrática", favor otorgado por la OTAN, no en vano Turquía permite bases militares de la coalición Nord-Atlántica en su territorio.

La guerra fría no terminó, no puede terminar lo que nunca empezó, la guerra nunca fue fría en la selva de Vietnam, ni en el Congo, ni en Nicaragua, ni el Salvador. Sin ir más lejos, nunca fue fría en Pisagua, tampoco en Villa Grimaldi.
 
Las Guerras frías no existen, las guerras no son frías ni calientes, sí son crueles, sanguinarias y esconden tras de sí todo el egoísmo sistémico de una sociedad dividida en clases, donde la propiedad privada es un dios intocable y digno a venerar, donde los recursos naturales son mercancías, donde se “descubren” células “islamistas” al mismo tiempo que surge la necesidad de potencias extranjeras por controlar los yacimientos de oro y uranio, como hoy en Mali, como ayer e Irak, y mañana quizás no tan lejos de acá.

La solidaridad internacional de clase no es una frase muerta en un panfleto trasnochado, es un recurso histórico que se debe recuperar, o más que recuperar, aplicar en cada instante, difícil si resulta cuando el izquierdismo local vive de las subvenciones de los que hoy cometen genocidios, difícil resulta cuando organizan juntas (CELAC-UE) donde son cálidamente invitados quienes hoy derraman sangre en otras latitudes del planeta, léase los Merkel, Rajoy, Hollande y demases embajadores del “progreso” neoliberal; los mismos que a su vez tienen a millones de europeos en la miseria y absoluta dejadez; los mismos que invaden países para financiar las “crisis” que ellos mismos avalan y provocan.

Sé muy bien que estas líneas no van a mejorar la situación de las personas que hoy más sufren en el planeta, pero no obtendrán mi silencio cómplice, gritaré fuerte sin complejos cada vez que tenga fuerzas, no me cohíbe el qué dirán los financistas que no tengo, ni quiero y niego, no espero subvenciones para pagar sucias campañas electorales. El pan y el dinero para pagar las cuentas ya me lo busco en la calle, a pulso, y sí, como todos, desde nuestras inevitables contradicciones, pero al menos tengo no la libertad pero sí la autonomía para decir que no me valen las “entendidas de procesos” ni los “males menores”, los asesinos son asesinos, por mucho apellido o linaje que tengan, el genocidio es uno solo y hoy se visten de socialdemocracia, se saludan en los parlamentos y a fin de mes en la CELAC-UE tienen su fiesta.

*El Kurdistán es uno de los tantos pueblos sin Estado que lucha hace décadas por su “independencia “frente al Estado Turco.

1 comentario:

  1. Magnífica reflexión sobre verdades como puños. Enhorabuena. Saludo libertario.

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